Frecuencia de lo humano
Todo empieza con una idea.
Autora: Adriana Grusell – España
¿Dónde quedó la humanidad?
Nos llenamos de ruido, de guerras que no entendemos, de odios que heredamos sin preguntarnos por qué.
Matamos la ternura a cambio de poder.
Nos arrodillamos ante la codicia como si fuera un dios.
Quemamos bosques, cruzamos fronteras con armas, olvidamos a los niños, y enterramos a los ancianos en el abandono.
¿Hasta cuándo?
La Tierra no grita, la Tierra llora.
La sangre no miente: corre igual en todos los cuerpos.
Pero algunos solo ven colores, pasaportes, cuentas bancarias.
¿Y el alma? ¿Quién cuida del alma del mundo?
Hay cuerpos dormidos.
Pero también hay corazones despiertos.
Y esos laten con fuerza, con rabia limpia, con amor del bueno.
No el que se dice en las redes.
El que se demuestra con actos, con empatía, con compasión.
El que no necesita testigos.
No podemos seguir siendo espectadores de tanta oscuridad.
El odio no se hereda, se cultiva. Pero también se puede arrancar.
¿Quién se atreve a sembrar amor en medio de esta guerra invisible?
Yo escribo porque creo.
Creo en la luz.
Creo en la palabra como semilla.
Creo que el arte, si no despierta, no sirve.
Creo que hay otra frecuencia, más alta, más humana.
Y si no la alcanzamos, al menos debemos intentarlo.
Porque si no, ¿para qué estamos aquí?
“El ruido del mundo”
Todo empieza con una idea.
Autora: Adriana Grusell – España
Hay un ruido que no se escucha con los oídos.
Es más fuerte que el tráfico, que los disparos, que las noticias.
Es el ruido de las almas vacías.
De los que se olvidaron de sentir.
Vivimos rápido, vivimos hacia afuera.
Y por dentro… ¿qué?
Por dentro hay miedo.
Soledad envuelta en sonrisas digitales.
Y corazones que solo se abren cuando nadie los ve.
¿En qué momento dejamos de mirar a los ojos?
¿De preguntar cómo estás y esperar la respuesta?
¿En qué momento valió más el like que el abrazo?
Aún hay tiempo.
Tiempo para volver.
A lo esencial. A lo verdadero.
A lo que no se puede comprar.
No hay nada más revolucionario que la ternura.
Y no hay arma más poderosa que un alma despierta.
No me interesa gritar.
Quiero que mi palabra acaricie, despierte, transforme.
Porque donde otros apagan…
Yo escribo para encender.
Que no se apague el amor
Todo empieza con una idea.
Por Adriana Grusell – Escritora
No permitas que el dolor te endurezca.
Que la decepción te vuelva piedra.
Ni que el ego gane donde una vez habitó la ternura.
El mundo necesita menos máscaras y más verdad.
Menos juicios y más escucha.
Menos odio disfrazado de opinión.
Que no se apague el amor.
Ese que no hace ruido.
El que cuida sin exhibirse.
El que no pide nada a cambio.
Hay quienes creen que ser buenos es de débiles.
Pero ¿sabes?
El alma más fuerte es la que sigue amando después de haber sido rota.
Levántate con fe.
Camina con compasión.
Y si el mundo te hiere…
Escríbelo. Grítalo. Báilalo. Llóralo.
Pero no lo devuelvas igual.
Devuélvelo transformado.
“El corazón que resiste”
Todo empieza con una idea.
Autora: Adriana Grusell – España
En un mundo que aplaude la indiferencia,
tener un corazón sensible es un acto de rebeldía.
Nos han enseñado a sobrevivir…
pero no a sentir.
Nos empujan a producir, a competir, a demostrar.
¿Pero quién nos enseña a sostener el alma cuando se rompe?
Hay gente que respira, pero no vive.
Que acumula, pero no comparte.
Que conquista, pero no ama.
Y sin embargo, ahí estás tú.
Resistiendo desde el amor.
Abrazando cuando todo grita destrucción.
Perdonando cuando nadie lo espera.
Luchando con la ternura como escudo.
El mundo no necesita más ruido.
Necesita más humanos que se atrevan a ser luz
donde todo se está apagando.