
Sobre Adriana Grusell
Adriana Grusell, escritora y mentora literaria, comparte un recorrido marcado por la resiliencia, la verdad y la belleza cruda de las palabras. Su historia, entre sombras y luz, demuestra cómo la escritura puede transformar el dolor en libertad y convertir la vida en una obra con sentido.
¿Quién es realmente Adriana Grusell? Descúbrelo en esta entrevista reveladora.
"entrevista reveladora"
¿Cuándo emprendiste la aventura literaria?
La semilla se plantó cuando tenía 14 años, escribiendo poemas en hojas de cuaderno que escondía. Ahí desahogaba mi dolor: por las burlas constantes en la escuela… y el abuso sexual que sufría en silencio, continuamente, por parte de un amigo de confianza de la familia… pero tenía que callarlo.
Pero no fue hasta mucho después —tras tener que entregar a mi bebé de tres días de nacida en adopción para que no muriera de hambre, y guardar ese secreto durante años; huir de hombres peligrosos; sobrevivir al maltrato, a la violencia de género; presenciar el asesinato de cinco amigas, porque escogieron el camino de la droga y la prostitución; cruzar varias fronteras buscando refugio, y con el anhelo de encontrar a mi hija—hasta que la escritura se convirtió en algo inevitable.
Estuve en un país hermoso donde la nostalgia tiene sabor a vino y a mar. Me recibieron con cariño, pero la sombra de la depresión me envolvió casi hasta la locura y el suicidio.
🖋️¿Por qué escribo?
Escribo porque me libera. Porque me sana. Porque transforma el dolor en palabras y los secretos en historias.
Escribo para que otras mujeres no se sientan solas. Para que sepan que pueden salir del abismo, que hay caminos posibles aunque empiecen en la oscuridad. Escribo para mis hijos, para quienes no pudieron contar su historia, para quienes buscan el coraje de hacerlo.
Mis libros son reales, imperfectos, humanos. Como yo. Como tú. Y si alguna palabra mía consigue tocarte el alma o devolverte la fe en ti misma, entonces habrá valido la pena todo lo vivido.
✨ Sobre mí — Adriana Grusell
Nací en Timbiquí, un rincón del Pacífico colombiano, el 23 de diciembre de 1969. Llevo el nombre de mi abuela: Adriana, que significa "la que vino del mar". Según la historia familiar, el mar intentó llevársela... y conmigo también lo intentó tres veces. Pero aquí estoy.
Soy la segunda de cuatro hermanas. Mi infancia no fue fácil, pero fue profundamente formativa. Salimos adelante gracias al amor, la fuerza y el sacrificio de mi madre, una mujer que nos enseñó que incluso con las manos vacías se puede construir un futuro.
Recorrí mi país buscando estabilidad: viví en Buenaventura, Cali, Armenia… pero la vida me tenía preparado un camino muy distinto. Fui madre de cinco hijos. Y un día, sola, en la calle, con una maleta casi vacía y una decisión que nacía de la desesperación, decidí comenzar de nuevo.
Ecuador, Perú, Chile fueron algunos de los destinos que marcaron mi cuerpo y mi alma. Huyendo de la violencia física, emocional y social, busqué no solo un mejor futuro para mis hijos, sino una salida para mí, una forma de respirar sin miedo. En Chile viví el estallido social, la angustia, la pérdida, y otra vez… el abismo.
Una mañana, mirando la cordillera de los Andes cubierta de nieve, comprendí que había que cruzarla. Que, quizás, al otro lado del mundo, nos esperaba una nueva oportunidad. Y así fue. Con lo poco que me quedaba y un billete de avión lleno de esperanza, crucé fronteras y océanos, y llegué a Italia, y más tarde a España, el país que me permitió, por fin, renacer.
Llegué en plena pandemia, sin conocer a nadie, pero encontré calor humano en los brazos abiertos de Cáritas, en una casa de acogida en Durango, País Vasco, donde el silencio, por primera vez, no dolía. Allí nacieron mis primeras letras. Allí comenzó mi camino como escritora.
Me formé en diseño gráfico, y cursé varias formaciones en el área digital y tecnológica. Pero más allá de lo técnico, me formé en la vida, en la adversidad, en la lucha y en la resistencia silenciosa de cada día.
Reconocimiento a Adriana Grusell por el Consulado de Colombia en Bilbao
Homenaje como escritora afrocolombiana y ejemplo de vida en el norte de España, en el marco del Día de la Afrocolombianidad
En el marco de la celebración del Día de la Afrocolombianidad en España, el Consulado General de Colombia en Bilbao otorgó un reconocimiento oficial a la escritora Adriana Grusell, en un evento conmemorativo realizado en la ciudad de Pamplona.
Este homenaje, presidido por el Cónsul General de Colombia en Bilbao, Sr. Germán Castañeda, y el Vicecónsul, Sr. Alexander Olarte, destacó la trayectoria de Grusell como escritora afrocolombiana en España y su labor como ejemplo de vida en el norte del país. Durante el acto, se reconoció el valor de su obra literaria y su compromiso con la identidad, la memoria, y la representación de las comunidades afro en la diáspora.
La escritora recibió el reconocimiento rodeada de representantes consulares, lectoras, y miembros de la comunidad migrante. El evento fue un emotivo encuentro donde la literatura, la cultura y la resiliencia se celebraron como puentes de transformación social.
Desde este espacio, Adriana Grusell agradece profundamente al equipo del Consulado de Colombia en España por su labor incansable en visibilizar el talento y la historia de la comunidad afrocolombiana, y por fomentar el orgullo de nuestras raíces desde el corazón de Europa
Presentación de el libro “Viajes y Secretos” – Casa de la Mujer, Durango
Adriana Grusell presentó su obra Viajes y Secretos en la Casa de la Mujer de Durango, en Vizcaya, España. El evento reunió a mujeres lectoras en un espacio de cercanía, reflexión y diálogo. Con su estilo poético y profundo, la autora compartió pasajes de su libro que entrelazan experiencias personales con relatos universales. Fue un acto de literatura con raíz femenina, identidad afrodescendiente y voz auténtica, que dejó huella en cada asistente.
No ha sido fácil, pero ha valido la pena. Escribir me ha salvado más de una vez, me ha hecho libre. Si tú también tienes algo que contar, hazlo. No esperes a que sea perfecto, solo empieza. Aquí estoy, si necesitas a alguien que te recuerde que sí se puede.