Que no se apague el amor

Por Adriana Grusell – Escritora

No permitas que el dolor te endurezca.
Que la decepción te vuelva piedra.
Ni que el ego gane donde una vez habitó la ternura.

El mundo necesita menos máscaras y más verdad.
Menos juicios y más escucha.
Menos odio disfrazado de opinión.

Que no se apague el amor.
Ese que no hace ruido.
El que cuida sin exhibirse.
El que no pide nada a cambio.

Hay quienes creen que ser buenos es de débiles.
Pero ¿sabes?
El alma más fuerte es la que sigue amando después de haber sido rota.

Levántate con fe.
Camina con compasión.
Y si el mundo te hiere…
Escríbelo. Grítalo. Báilalo. Llóralo.
Pero no lo devuelvas igual.
Devuélvelo transformado.

Anterior
Anterior

“El ruido del mundo”

Siguiente
Siguiente

“El corazón que resiste”